¿Dónde deberería estar este clavo de oro?

Los estudiantes de Utah quieren que una pieza importante de la historia regrese a su estado. 

Al leer, piensa en: ¿Cuál sería un objeto importante de la historia de tu estado?

Jim West/Alamy Stock Photo

¡Clong! Con el último golpe de un martillo de plata, se colocó un clavo de oro en la vía del ferrocarril. La multitud que se había reunido en la cima de Promontory, en lo que hoy es Utah, celebró de alegría. 

Era el 10 de mayo de 1869. Tras seis años de duro trabajo, se completó el primer ferrocarril transcontinental del país. Una nueva era del transporte había comenzado. 

Por primera vez, la gente podía viajar en tren de Nueva York a California. Un viaje que antes tomaba varios meses en una carreta de caballos ahora duraba una semana. También mejoró el comercio y el transporte de mercancías. El ferrocarril conectó a los estadounidenses como nunca.

El famoso clavo de oro se retiró de la vía después de la ceremonia. Acabó a cientos de millas de distancia, en California. El año pasado, una clase de cuarto grado inició una campaña para traerlo de vuelta a Utah.

La historia del clavo

En 1869, Leland Stanford clavó el clavo de oro. Fue el jefe de una de las dos empresas que construyeron el ferrocarril. Hoy día, el clavo de oro se encuentra en una vitrina de la universidad que Stanford fundó en California. El martillo y un clavo de plata usados en la ceremonia también están expuestos en el centro de arte Cantor de la Universidad de Stanford. 

David Pendleton es maestro de cuarto grado en Utah. Visitó el museo en el 2022, entusiasmado por tomar fotos del clavo de oro para mostrárselo a sus alumnos. 

“Todos los que han crecido en Utah conocen la historia del clavo de oro y el ferrocarril transcontinental—explicó Pendleton—. Es algo que enseñamos en la escuela todos los años”. 

Pero la exposición decepcionó a Pendleton. El clavo de oro ni siquiera tenía una etiqueta que explicara lo que era. Pendleton sabía que el clavo y las otras dos piezas arqueológicas del ferrocarril son motivo de orgullo para los habitantes de Utah. Creyó que los objetos recibirían el trato especial que merecían en su estado natal. 

Pendleton decidió que sus alumnos de la escuela secundaria Neil Armstrong debían formar parte del esfuerzo. El febrero pasado les compartió la gran idea. La clase iniciaría una campaña de envío de cartas. Esperaban conseguir que el mayor número posible de personas escribieran cartas a los funcionarios de Stanford. Su objetivo era traer el clavo de oro de vuelta a Utah.

Courtesy of David Pendleton

Pendleton (arriba en el centro) con sus alumnos de cuarto grado que lanzaron Spikes2Utah.

Niños en acción

Courtesy of David Pendleton

Los alumnos de David Pendleton diseñaron el logotipo de Spikes2Utah.

Los alumnos llamaron a su proyecto Spikes2Utah. Crearon un video, paneles y un sitio web. Las empresas donaron espacio en vallas publicitarias y comerciales de radio para ayudar a correr la voz.

Estudiantes de todo el país enviaron cartas. La clase de Pendleton reunió 1,098 cartas y las envió a la Universidad Stanford el pasado junio. 

Al cierre de la edición de Scholastic News, la Universidad de Stanford no había anunciado su decisión. Los alumnos de Pendleton esperan que sus esfuerzos hayan sido persuasivos. 

“Los clavos pertenecen de nuevo a Utah porque su historia se gestó aquí”, explicó el estudiante Jaden Chadwick.

1. ¿Qué quiere decir la autora cuando dice: “Una nueva era del transporte había comenzado” el 10 de mayo de 1869?

2. Según el artículo, ¿por qué crees que el clavo de oro terminó en la Universidad de Stanford?

3. ¿Por qué crees que la autora incluyó el detalle de que la exposición del clavo de oro en la Universidad de Stanford no tenía una etiqueta?