El 1 de enero, los aficionados al hockey llenaron las gradas del Centro Atlético Mattamy de Toronto, Canadá. Estaban allí para ver el disco rodar sobre el hielo en el primer partido de la Liga Profesional de Hockey Femenino (PWHL, por sus siglas en inglés).

Seis equipos luchan en la PWHL. Tres son de Estados Unidos y tres de Canadá. En comparación con las jugadoras de ligas femeninas anteriores, las de la PWHL cobran más. También tienen más oportunidades de que las vea un público mayor. “Me siento muy agradecida de formar parte de una liga que apoya tanto a sus jugadoras como lo hace esta”, dijo Taylor Heise. Es la delantera de la PWHL Minnesota.

A Heise le encanta ver en los partidos a niñas con pancartas que dicen “herstory” (su historia) en vez de “history” (historia). Y disfruta dedicar horas a firmar autógrafos al final de los partidos.

“Ser alguien a quien las jóvenes admiran ha sido un honor para mí”, dijo Heise. 

Espera que la PWHL inspire a la próxima generación de jóvenes deportistas. 

“Cuando tenía 9 o 10 años y me di cuenta de que el hockey era mi pasión, no había ninguna liga profesional femenina en EE. UU—dijo—. Ahora mismo, mi sueño se ha hecho realidad”.