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LeShawn Lyle dedica casi todo su tiempo libre al baloncesto. El alumno de quinto grado es de Chattanooga, Tennessee. Te lo encontrarás a menudo en la cancha, copiando los movimientos de sus jugadores profesionales favoritos. Los fines de semana, viaja (a veces durante horas) para competir en torneos. Un sitio web clasifica a LeShawn como uno de los diez mejores jugadores de baloncesto de todo el país entre los niños de su edad.
“Quiero ir a la NBA —dijo LeShawn—. Eso requiere mucho entrenamiento, dedicación y trabajo duro”.
LeShawn es uno de los innumerables jóvenes deportistas de todo EE. UU. que sueñan con llegar a ser profesionales algún día. Muchos niños entrenan y compiten todo el año en deportes como el fútbol, el béisbol, la natación y el tenis.
Sin embargo, no todo el mundo piensa que una competición tan intensa sea una buena idea. Hay quienes dicen que somete a los niños a demasiada presión y les quita la diversión de practicar deporte. Argumentan que cuando competir empieza a sentirse como una obligación, los niños pierden interés.