El vuelo de sus vidas

Las mariposas monarca dan un largo viaje todos los años. Pero ¿por cuánto más tiempo podrán hacerlo?

Al leer, piensa en: ¿Por qué ha disminuido la población de mariposas monarca?

En otoño, una maravillosa escena tiene lugar en los bosques del centro de México. Millones de mariposas monarca inundan los árboles con un mar de anaranjado y negro. Las monarcas han volado cientos de millas hasta llegar a su hogar de invierno. Es una de las migraciones más heroicas del planeta.

Pero los científicos estiman que el invierno pasado el número de monarcas en México bajó en un 60 por ciento del año anterior. El descenso es parte de una tendencia que ha visto caer el número total de monarcas en los últimos 30 años. A los expertos les preocupa que algún día las monarcas desaparezcan. 

“Para casi todas las poblaciones de seres vivos hay un punto de no retorno”, dice la entomóloga Karen Oberhauser. 

¿Podremos ayudar a las monarcas antes de que sea demasiado tarde? 

Un largo viaje

Las monarcas son los únicos insectos que migran al sur en invierno. Las mariposas pasan la primavera y el verano en el norte de EE. UU. y el sur de Canadá. No pueden volar cuando hace frío, así que comienzan a despegar rumbo a climas más templados a finales de verano. Algunas mariposas que se dirigen a México viajan alrededor de 3,000 millas para llegar allí. 

Será el primer y último viaje de las mariposas a México. Tras pasar meses agrupadas en los árboles, este grupo de monarcas comenzará a migrar al norte la próxima primavera. Pero no completarán el viaje. Sus descendientes y las próximas generaciones completarán el viaje. 

Entonces la nueva generación viajará a México el otoño que viene. Aun cuando nunca han estado allí, llegarán a los mismos árboles a los que llegaron sus ancestros. ¿Cómo? Ese es un misterio que los científicos todavía tratan de comprender. 

Tiempos difíciles

Pero puede que esta migración no continúe por mucho más tiempo. En 1996, más de 360 millones de monarcas pasaron el invierno en México. El año pasado, ese número bajó a alrededor de 18 millones. 

Una de las razones es la pérdida de hábitat a lo largo de sus rutas migratorias. Para dar lugar a viviendas y tierras de cultivo, la gente tala muchos de los árboles que las mariposas habitan. 

Pero la mayor amenaza es la desaparición de una planta llamada algodoncillo. Es la única planta en que las monarcas ponen huevos. Y las orugas de las monarcas solo comen las hojas de algodoncillo. 

Algunos agricultores y dueños de casas rocían herbicidas para matar las malas hierbas. Las sustancias químicas han acabado con millones de acres de algodoncillo. El aumento de las temperaturas y las sequías también han hecho daño a la planta. 

Esperanza en el futuro 

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. está considerando añadir las monarcas a la lista de especies en peligro de extinción. Si eso ocurre, los hábitats de las monarcas estarían protegidos por el gobierno. Por ahora, los grupos conservacionistas plantan árboles y tratan de prevenir la destrucción de los hábitats. Además, promueven la plantación de algodoncillo a lo largo de los pasos migratorios. 

“Todos pueden ayudar —dice Oberhauser—. El hábitat de las monarcas puede ser tan pequeño como un jardincito en el patio de una persona”.

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2. ¿Qué misterio dice el artículo que los científicos aún no han llegado a comprender?

3. Describe dos amenazas a las que se enfrentan las mariposas monarca.