En marzo, un misterioso objeto atravesó el techo de una casa en Nápoles, Florida. Por suerte, nadie salió herido.
El objeto tenía el tamaño de un teléfono inteligente. Resultó ser una vieja pieza de un equipo de la Estación Espacial Internacional (EEI). Los astronautas del enorme laboratorio espacial lo habían lanzado al espacio tres años antes. En otras palabras, era basura espacial.
A simple vista no se nota, pero el espacio está lleno de basura. Por ejemplo, hay satélites que no funcionan, piezas de cohetes e incluso restos de pintura de viejas aeronaves.
La probabilidad de que la basura espacial nos afecte en la Tierra es baja. Pero toda esa basura podría causar graves daños en el espacio.