Los compañeros de clase de Bellen Woodard solían llamar al color melocotón “el crayón color de piel”. Bellen creía que eso era confuso. No todo el mundo tiene la piel de color melocotón.
Cuando Bellen estaba en tercer grado, entró en acción. La próxima vez que un amigo le pidió el crayón color de piel, Bellen le preguntó qué color de piel.
“Porque la piel puede ser de muchos colores hermosos”, explicó Bellen.
Al poco tiempo, toda la escuela de Bellen dejó de llamar al color melocotón el único crayón color de piel.
Fue entonces cuando Bellen se dio cuenta de que podía marcar la diferencia en el mundo.