Es una escena común en muchas películas. Un gladiador romano entra en el centro de una enorme arena. Su escudo está en alto. De repente, un animal feroz se lanza contra él y la multitud ruge de emoción.
Por siglos, la gente no estuvo segura de si estas bestiales batallas ocurrieron de verdad. Se muestran en obras de arte y se escribe sobre ellas en historias transmitidas a lo largo del tiempo. Pero los expertos no tenían pruebas concretas de que los hombres lucharan contra animales. Eso cambió en abril. Tras años de investigación, los científicos anunciaron que las mordidas presentes en los huesos de un antiguo luchador fueron hechas probablemente por un león.
“Es la única prueba física de que los gladiadores luchaban contra animales", dijo Tim Thompson. Es un antropólogo que estudió el esqueleto.