En Boulder, Colorado, pagarás más por tu bebida isotónica favorita. Es una de las varias ciudades de EE. UU. donde se cobra un impuesto extra a las personas que compran refrescos y otras bebidas azucaradas. El impuesto suele ser de uno o dos céntimos por onza. Así que el precio de una lata normal de refresco se encarece hasta 24 céntimos.
El impuesto trata de disuadir a la gente de comprar bebidas cargadas de azúcar. Un estudio reciente ha demostrado que el plan funciona. En cinco ciudades con el impuesto añadido, las ventas de bebidas azucaradas disminuyeron un 33%. Los expertos dicen que es una buena noticia. Tomar demasiadas bebidas azucaradas aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud.
Pero otros piensan que añadir otro impuesto a las bebidas azucaradas no hará mucho por mejorar la salud de la gente. Argumentan que es mejor animar a los estadounidenses a cambiar su estilo de vida, por ejemplo, hacer ejercicio más a menudo.