Tras la victoria de Elsa, invitaron a su clase a la cocina de pruebas de las escuelas públicas de la ciudad. Aquí es donde se crean los menús para todo el distrito escolar de la Ciudad de Nueva York, el mayor de EE. UU.
Elsa y sus compañeros estaban entre los cientos de alumnos que fueron a la cocina de pruebas en 2024. Estos estudiantes hacen un trabajo importante. Ayudan a escoger los alimentos que comen más de 912,000 niños todos los días, desde kindergarten a la secundaria.
“Es muy importante que los niños opinen sobre lo que se les sirve para comer”, dice Nelson Quiles. Trabaja en el Servicio de Alimentación y Nutrición de las Escuelas Públicas de la Ciudad de Nueva York.
En cada sesión, los alumnos prueban cuatro o cinco comidas. Votan si les gustaron y luego dan su opinión.
La clase de Elsa probó un plato de pasta llamado manicotti. No les gustó. Pero un sándwich de huevo y queso sí. A casi todos los niños les gustó, pero algunos pensaron que el pan estaba demasiado pastoso.
Más de 1,500 niños prueban cada plato nuevo. Al menos el 70% de ellos ha de dar su visto bueno antes de que el plato aparezca en las escuelas.
“Queremos asegurarnos de que la comida no solo sea sana, sino algo que a los niños les apetezca comer”, explica Quiles.