Para el estudio, los científicos compararon un diente de un pariente cercano del T. rex con dientes de cocodrilos actuales. Eligieron los cocodrilos porque los dientes de estos reptiles son visibles cuando sus mandíbulas están cerradas.
Los científicos descubrieron que los dientes de los cocodrilos suelen estar desgastados. Esto es porque los animales no tienen labios que cubran y protejan los dientes.
Pero los expertos observaron menos daños en el diente del dinosaurio. Concluyeron que el T. rex tenía labios que cubrían sus dientes, como los actuales dragones de Komodo y otros lagartos gigantes.
Thomas Cullen fue uno de los autores del estudio. Dice que las pruebas son sólidas. Pero no sabremos con certeza si los dinosaurios tenían labios hasta que alguien encuentre los restos de un dinosaurio con la piel conservada.
“No es imposible —declaró a The New York Times—. Simplemente, aún no ha ocurrido”.